Sarkozy propone que el G-20 tome medidas
contra la especulación en los alimentos
El presidente francés introduce la regulación de los mercados de materias primas entre las prioridades del grupo de los países más poderosos y emergentes
Según ha explicado Sarkozy, los precios actuales de los productos agrícolas más básicos como el trigo o el maíz están en los mismos niveles que en 2008 desataron revueltas sociales. Por este motivo, ha advertido de que si no se toman medidas, se corre el riesgo de que vuelvan los disturbios en los países pobres, lo que tendría efectos desfavorables para el crecimiento económico global. “El día que haya revueltas, ¿qué país del G-20 dirá que no le preocupan? Yo creo que ninguno”, ha asegurado Sarkozy para justificar su deseo de traer este tema al primer plano del debate.
“¿Cómo podemos explicar que queremos regular los mercados financieros y no el mercado de productos básicos?”, se ha preguntado el presidente francés antes de señalar que obligar a los países, especialmente a aquellos con menores rentas, a pagar las materias primas a precios altos les condenan a la pobreza y al hambre.
Según un índice de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) elaborado a partir de la media ponderada de los precios de exportación de carne, productos lácteos, cereales, aceites, grasas y azúcar, los precios han superado en las últimas semanas los niveles de verano de 2008. No obstante, no será hasta febrero, cuando se negocie la próxima cosecha en los mercados, cuando este repunte llegue hasta los mercados de Chicago o París. De momento, en el último año, el trigo acumula una subida de más del 80%, el maíz se ha encarecido un 83,27% desde el pasado mes de junio y el azúcar, aunque ha subido poco más del 7,6% desde enero de 2010, ronda los 30 dólares por libra, frente a los escasos 15 dólares que costaba en junio de 2008, en plena crisis alimentaria.
Fuera del apartado de los alimentos, el presidente francés también ha recordado sus otras dos principales apuestas para la presidencia francesa del G-20: poner en marcha un nuevo impuesto sobre a las transacciones financieras internacionales, que entraría dentro de un epígrafe más amplio sobre cómo reforzar la gobernanza económica mundial, y ampliar las funciones del FMI en el mercado de divisas para regular las reservas de los Estados.
En el primer apartado, Sarkozy también ha insitido en la necesidad de fijar una serie de indicadores para medir los desequilibrios, lo que cuenta con las reticencias de Alemania y que quedó pendiente de la última cumbre del G-20 de noviembre. En el segundo, ha hecho un llamamiento a favor de la reconciliación.
Fuente: El País, 24.01.11
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