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El nuevo Papa

Francisco, Bergoglio y el mes de marzo

> Roberto Páez González

> 18/03/2013

>>> Desde el aniversario del 18 de Marzo

Hoy hace 51 años que el peronismo triunfaba en las elecciones del 18 de marzo de 1962, con la fórmula Framini-Anglada. En esa época, se festejó con el lema: “Hemos triunfado”. A la vuelta de los años y en un contexto distinto tenemos la necesidad de un gran resultado electoral en las secuencias de este 2013. Habíamos hablado de un marzo a todo trapo -y lo es- incluyendo la sorpresa de la designación de Bergoglio como cabeza de la Iglesia Católica con el nombre de Francisco.

Sorpresa, debe decirse, no para todos, porque los más informados y memoriosos recordaban -o recuerdan- que había sido uno de los cardenales más votados cuando, finalmente, se hubo elegido a Ratzinger, quien se denominó en adelante Benedicto XVI.

Ya muchos destacaron que por ser argentino, Bergoglio se benefició de un aura patriotera -muchos dijeron futbolera- que lo ha equiparado con Maradona o Messi y (¿por qué no?) con Gardel o Perón. Al respecto, no hay duda que la demasía se une a lo desubicado y ciertos propósitos a despropósitos. Pero lo que realmente cuenta radica en la utilización que algunas tendencias políticas tienen la tentación de efectuar de cara a la realidad política nacional.

En todo caso, resulta un tantín anticipado suponer que Francisco se va a dejar utilizar o que su uso será de fácil instalación en nuestro marco ya porque, en su condición de Papa, Argentina está lejos de ser su única preocupación o la principal, ya porque frente a lo que tenemos en juego -que es la continuación y la profundización del proyecto kirchnerista- pueblo, gobierno y militancia tenemos conciencia de la envergadura de las apuestas.

Francisco

La fascinación de un nuevo Papa ya la conocíamos. Otras designaciones tuvieron en el pasado gran impacto en los medios de comunicación masivos, como cuando el ascenso de Karol Wojtyla, por ejemplo.

Pero ahora se trata de un Papa latinoamericano y lo que es más -o por añadidura- argentino (puede agregarse en la serie, “vecino de Buenos Aires”, motivo por el cual quieren alumbrar cada 10 minutos el faro del Edificio Barolo; algunos lo pensaremos así: una bartoleada).

Que si viene por nosotros para llevarse por delante a los gobiernos populares suramericanos, que si va a unificar a la oposición en Argentina… si subestimar a los adversarios lleva al aventurerismo, sobreestimarlos conduce a la pusilanimidad. Aquí, el tema es que nosotros tenemos nuestras propias tareas que llevar adelante.

Pero Francisco entusiasma a algunos y asusta a otros, que no son solo los que le temen por su eventual capacidad para darle cuerda a la oposición en Argentina. Está claro que las ideas que ha sostenido en el campo societal distan muchísimo de la voluntad de cambio y de cambios ya obtenidos en lo que hace a la vida social contemporánea; pensemos si no en los avances como el matrimonio igualitario y en cuanto a reivindicaciones y propensiones de amplios sectores las legislaciones en materia de aborto, la equidad de género, la diversidad sexual, etc.

Es cierto que son materias en las que el ahora Papa había zanjado con herramientas ideológicas del pasado, pero ellas coincidían con las propuestas oficiales de la jerarquía católica.

Francisco ya no desempeña los roles que tuvo Bergoglio, pero a la cabeza de la Iglesia sostiene las mismas ideas. ¿Que podría haber cambios? “Vamos a ver”, como se le atribuye a Santo Tomás. Y “vamos a ver”, como decía un famoso ciego pícaro.

Roma

Esta plaza tiene las dimensiones del mundo, dicen que dijo el nuevo Papa.

Desde esa perspectiva, la Iglesia y el mundo le están proporcionando a Francisco no poco que hacer: los líos de los sacerdotes pedófilos, las trapisondas financieras del Instituto para las Obras de Religión (IOR), el celibato de los curas, el acceso de las mujeres al sacerdocio, la merma de las vocaciones, los reclamos de un Concilio Vaticano III (sin perjuicio de los que también claman por la aplicación de las orientaciones del Concilio Vaticano II)… indican que le espera bastante trabajo en lo interno; y en el mundo, ya que Francisco eligió su nombre evocando a Francisco de Asis, la pobreza y la tierra, o sea la pobreza y la paz y la ecología, el respeto a la naturaleza. Nada menos.

Muchos son los temas que pueden inscribirse en la defensa de la paz, indudablemente también en la protección del medio ambiente y para colmo ahí mismo, en Italia -en plena Europa, como así también en Grecia, España y Portugal- donde los pueblos sufren las consecuencias de las políticas neoliberales y de las crisis financiera, de deuda soberana y del euro.

Bergoglio

Francisco, Bergoglio -incluso Belarmino- [1] que según muchos son tres personas distintas, pero un solo hombre verdadero, tiene un pasado que lo relaciona con las atrocidades cometidas por la dictadura de 1976 a 1983. No nos corresponde aclarar los hechos. Es algo que les corresponde a los hombres de la Iglesia y a la Justicia. Ahora bien, apenas en el ejercicio de su nuevo papel, su vocero, el padre Lombardi, acusó a una izquierda anticlerical de querer mancillar al Papa. Debemos defender a Página 12, a Horacio Verbitsky y al CELS por el encomiable trabajo que realizaron en estas décadas para esclarecer cuanto fuera posible el pasado luctuoso debido a los años del terrorismo de Estado.

Bergoglio se caracterizó por enfrentar a Néstor Kirchner y a Cristina Fernández de Kirchner en estos años de resurgimiento nacional. Estos hechos no cambian aunque la Presidenta haya hecho una visita al nuevo Papa y se hayan intercambiado regalos, como un ejercicio de amabilidad y cortesía. Puede evolucionar lo que sea.

No cabe aceptar el estigma de anticlericales dado a personas y medios que acompañaron la lucha de las Madres de la Plaza de Mayo y cultivaron excelentes relaciones con sacerdotes conscientes de la situación real de los países suramericanos y de su gente humilde, que sufrieron persecuciones y hasta asesinatos en Latinoamérica -recordemos apenas aquí al obispo Enrique Angelelli, a Monseñor Romero- y que elevaron su voz contra las injusticias, los gobiernos que las impusieron, pese a la pasividad de la jerarquía católica.

Justamente, en estos días, el fallecimiento de Martínez de Hoz les recuerda a mucha gente el contenido reaccionario de la política económica del gobierno militar y por si eso fuera poco acaban de conocerse declaraciones de Rafael Videla instando a sus camaradas de armas a insurgirse contra el poder constituido.

Es lógico pensar que la Iglesia podía más en la protección de sus fieles e incluso de los ciudadanos que resistieron a la dictadura bárbaramente amenazados y cruelmente reprimidos y suprimidos. Y también es completamente fundado requerir esto y más aún a un nuevo Papa que presume de ser argentino.

Zapateros, a sus zapatos

En cuanto a nosotros, no somos guelfi ni ghibellini, sino argentinos y latinoamericanos: libres, unidos, y solidarios; queremos vivir socialmente justos, con nuestros pueblos participando en nuestras democracias y decidiendo nuestra organización económica y social a través de los Estados nacionales y la unión de Nuestra América, la meridional.

Los ciudadanos argentinos no votamos en el Vaticano. Votamos en Argentina por un gobierno que afianza y afianzará la solidaridad de la América Meridional, promoviendo en nuestro país la justicia social, la plena vigencia de los derechos humanos y la democracia participativa.

Tenemos pendiente la Ley de Medios, la Reforma de la Justicia… nuestras propias metas !! Tenemos que ganar ampliamente las elecciones de 2013.

Por eso reafirmamos nuestra soberanía política. No nos guiamos por el referendo de los kelpers, ni por la fumata del Vaticano.

Somos libres y lo demás no importa.

[1] Martín Granovsky, Las historias que no cuenta el padre Lombardi, en Página 12, 17/03/2013, http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-215960-2013-03-17.html

Fuente: http://cristinabuenosaires.wordpress.com/2013/03/18/y-el-mes-de-marzo/

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