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Posts Tagged ‘Néstor’

La dimensión humana

Por Carlos Raimundi *

Los grandes medios hegemónicos de habla hispana, esos que el pensador mexicano Fernando Buen Abad caracteriza como el nuevo sujeto del golpismo regional en reemplazo de las asonadas militares, no tuvieron más remedio que dar al fallecimiento de Hugo Chávez el espacio central que merecía.

Pero, acto seguido, priorizaron tres puntos de análisis, coherentes con su objetivo de debilitar los procesos populares de la región. El primero es el presunto autoritarismo de Chávez, desmentido por las catorce elecciones en que el voto popular lo proclamara victorioso. La conclusión es que quien califica a la expresión popular como autoritaria, no dudaría, como no han dudado, en destituir a los gobiernos plebiscitados por sus pueblos.

El segundo fue resaltar las eventuales internas del frente bolivariano, aun cuando los principales involucrados como adversarios en esa interna no han hecho otra cosa que dar señales y testimonio de unidad.

El tercer punto, tratado por los medios opositores de nuestro país, absolutamente secundario e irrelevante, es la extensión de la delegación argentina para despedir a Hugo Chávez. Era previsible que lo hicieran, porque lo que buscan es, insisto, debilitar la unidad regional. En momentos de tanto impacto, como la muerte de un líder, tiene un valor fundamental para las personas y para los procesos haber hecho explícito un sólido apoyo de nuestro país. ¿Cómo se hubiera leído una delegación encabezada por nuestra Presidenta, pero escuálida desde la representación social e institucional?

Estas cadenas de medios han escondido, históricamente, la dimensión humana de la política. Yo miraba a Cristina, a pocos metros del cuerpo del presidente Chávez, y compartí mi pensamiento con algunos compañeros: todo lo que debe removerle interiormente un episodio como éste, a poco tiempo de haber vivido ella misma una pérdida similar. Pensaba que los grandes hitos de la historia de América del Sur no tienen por qué despojarse de su enorme dimensión humana. Como aquellos días de zozobra financiera para la Argentina, cuando el presidente Chávez, como hacen los amigos, puso lo que nuestro país necesitaba. O cuando, con Lula y Néstor, en noviembre de 2005, dieron aquel batacazo antiimperialista en las propias narices del emperador.

Hay algunos acuerdos de dirigentes que sólo están basados en cuentas y negocios. Otros construyen patria. Y los pueblos lo perciben en la mirada de sus líderes. Y los sienten en carne propia, hechos realidad en los delantales para el colegio de sus hijas e hijos, en la casa que hoy poseen en lugar de la casilla, en el salario que antes no tenían, en el pavimento y la vereda donde estaba el pantano, en sus dientes arreglados…

Y lo devuelven en amor, en horas de espera bajo el sol, el rocío o la llovizna; en cuadras y cuadras de lenta caminata con chiquitos alzados, o en sillas de ruedas. Nadie lo exige. Lo hacen desde la espontaneidad y el recogimiento a los que los mueven el respeto, el cariño y la gratitud, forjados durante años de derechos conquistados, de esa sensación de justicia largamente postergada… Hablo de esa dimensión humana –de los líderes y de los pueblos– que, quienes históricamente apostaron a dividir para reinar, o no entienden, o están empeñados en ocultar.

Con el pesar de la pérdida, agradezco haber estado en Caracas, la capital bolivariana que, a poco de llegar, a uno lo recibe con un gigantesco mural que dice: “Para nosotros, la Patria es América”.

* Diputado nacional del Bloque Nuevo Encuentro.

Fuente: Página 12, 09.03.12

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A DOS AÑOS DE LA MUERTE DEL EX PRESIDENTE

El recuerdo de Kirchner

El compañero, el presidente

Por Alejandro Demichelis *

Hace dos años, centenares de miles despedíamos a este gran hombre, sencillo y desacartonado, gran compañero, gran presidente.

Llegó y en su primera intervención dejó perplejos a millones de argentinos que lo escuchábamos en la Plaza del Congreso, en los bares, en las casas: “Formo parte de una generación diezmada, castigada con dolorosas ausencias; me sumé a las luchas políticas, creyendo en valores y convicciones que no pienso dejar en la puerta de entrada de la Casa Rosada”.

Sus palabras acompañaron sus políticas de gobierno: renovación de la Corte Suprema, derogación de las leyes de obediencia debida y punto final, juicio a los genocidas, generación de trabajo, nueva Ley Nacional de Educación y más inversión en educación, fortalecimiento de la relación con los países de América latina, freno al intento de implementar el ALCA, valoración de la juventud como motor de las transformaciones… los hechos fueron centenares…

El, que se proclamó hijo de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, expresó estas palabras que nos conmovieron: “Como presidente de Argentina, vengo a pedir perdón en nombre del Estado nacional por la vergüenza de haber callado durante 20 años de democracia tantas atrocidades”, palabras que vinieron a refundar la democracia argentina.

Aquel 27 de octubre de 2010 nos dolió al alma, el corazón, la cabeza… se iba un presidente que por primera vez desde 1983 había puesto la política en su justo lugar: siendo él quien definía los destinos de la economía, quien ejercía el mando de comandante en jefe, quien decidía la política exterior, quien no se subordinó a los grupos económicos, mediáticos y de poder.

Estos días, el sentimiento es de profunda alegría y agradecimiento. Alegría por todo lo que sembró, agradecimiento por habernos devuelto la esperanza a un pueblo castigado, sufrido, diezmado.

“Vengo a proponerles un sueño: quiero una Argentina unida, quiero una Argentina normal, quiero que seamos un país serio, pero, además, quiero un país más justo. Anhelo que por estos caminos se levante a la faz de la Tierra una nueva y gloriosa Nación: la nuestra.”

Estos días festejamos en las plazas del país a este hombre, a este compañero, a este presidente que se quedó para siempre con nosotros.

* Secretario de Prensa de la Confederación de Trabajadores de la Educación Argentina (Ctera).

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El sueño colectivo

Por Oscar González *

Hace dos años, mientras miles de personas llegaban a la Casa Rosada para expresar su dolor y rendir tributo a la memoria de un hombre excepcional, un lúcido testigo y protagonista privilegiado de las transformaciones experimentadas por nuestro país en la ultima década decía que Néstor Kirchner les había devuelto la autoestima a los argentinos. Era el entonces presidente Lula da Silva, que había compartido con él una etapa inédita para la región, caracterizada por la emergencia de gobiernos progresistas en casi todos los países y por la materialización de la tantas veces proclamada integración latinoamericana.

La conmoción provocada por la repentina desaparición de Kirchner hizo que millones de argentinos valoraran en su verdadera dimensión la importancia de este hombre llano, abierto, valiente y convencido, que renegaba de la grandilocuencia y la solemnidad, pero que con sus acciones dejó marcas indelebles en la historia nacional.

Néstor Kirchner fue el presidente justo en el momento preciso. Para una Argentina diezmada por la aventura neoliberal, quebrada por una lacerante fractura social y abrumada por la impotencia o la complicidad de sus gobernantes con los poderes concentrados, esa recreación de la autoestima estaba necesariamente asociada a la posibilidad de construir un futuro en común, contradiciendo de ese modo el “sálvese quien pueda” heredado de la década anterior.

Esa posibilidad, como lo advirtió y reafirmó rápidamente Kirchner, iba de la mano de la recuperación de la política como herramienta de transformación, como ámbito de debate y decisión, como instancia donde el interés general prevalece sobre el privilegio sectorial. La famosa transgresión que caracterizó su actitud no fue mera iracundia sino serena indignación frente a la injusticia, y por ello desde 2003 pasó al olvido aquel mandato neoliberal que asignaba a la política el papel de mera facilitadora y garante del fundamentalismo de mercado.

Como encarnación de esa desobediencia, con decisiones inesperadas que sorprendieron a propios y extraños, Kirchner fue cimentando la nueva etapa institucional argentina, signada por una creciente participación social y política, que fue el inicio de un largo itinerario de reformas irreversibles y ampliación de derechos que continúan desplegándose hoy en las iniciativas de Cristina Fernández.

La autoestima de que hablaba Lula no era vanidad ni arrogancia. Era confianza en las capacidades y la propia fuerza. Era, y es, la convicción de que es posible avanzar, construir un destino y crecer como sociedad y como país. Es, finalmente, la decisión de animarse a encarnar un sueño colectivo, rechazando el mandato del poder que prescribe sólo la resignación. Ese es el gran legado de Néstor Kirchner.

* Dirigente de la Confederación Socialista Argentina. Secretario de Relaciones Parlamentarias del gobierno nacional.

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Era de las plazas y de las calles

Por Fernando “Chino” Navarro *

En la Plaza saltó las vallas y destruyó el protocolo. En la Plaza se lastimó la cabeza y siguió estrechándose con la gente, plantado sobre sus mocasines. Néstor era de las plazas, de las calles, de los barrios, de los lugares que habita día a día el pueblo. Así lo recuerdan los vecinos lomenses de La Loma y El Faro cuando caminó junto a ellos desde el jardín de infantes hasta la Plaza de la Paz. Los miles de testimonios que recibimos para su película corroboran que él, como señaló Alejandro Dolina, “se atrevió a recorrer el camino que nadie se atrevía a transitar, y que parecían alejarse de la concurridas avenidas centrales que recomendaban los poderosos del mundo global, y se metió entonces por unas callecitas ya olvidadas, cuyos nombres sólo se pronunciaban en foros estudiantiles, o en las reuniones de obreros soñadores, y en rincones que siempre estaban alejados del poder político”. Se metió por esas callecitas en cada decisión que tomó y en cada paso que dio.

Era de las plazas y de las calles en las buenas y en la adversidad.

El 14 de junio de 2008, Néstor Kirchner estuvo en la Plaza junto a las argentinas y argentinos que nos movilizamos para defender al gobierno de Cristina. El 28 de junio de 2009, luego de la derrota electoral, Néstor vino a debatir a Parque Lezama a un plenario abierto convocado por Carta Abierta. Recuerdo que aquella vez ingresó caminando en medio de aplausos, se quedó en el medio del anfiteatro aplaudiendo con nosotros y así estuvimos, un larguísimo minuto, aplaudiendo sin parar, quizá tomando conciencia de que nos disponíamos a remontar una cuesta que nos querían dibujar como infranqueable.

Los hogares, las calles y las plazas fueron testigos del amor de su pueblo aquel día de censo nacional en que amanecimos con la noticia de su muerte. Aunque no terminamos de sobreponernos a la pérdida, seguimos adelante liderados por Cristina, construimos una victoria electoral inolvidable y, en medio de una crisis mundial sin precedentes, seguimos sosteniendo esta nueva patria y enfrentando los obstáculos que día a día nos ponen las minorías que no quieren desprenderse de sus privilegios.

El linchamiento mediático sigue, con más desparpajo, mintiendo sin rubor, procurando horadar cada día el consenso del gobierno, apostando a cada instante a su derrota.

Creían que una victoria de Capriles sería la llave que abriría la puerta a un retroceso del renacimiento de Sudamérica, como alguna vez lo fue el golpe a Salvador Allende en Chile. Pero el pueblo venezolano les dijo no, por el mismo porcentaje que obtuvo Cristina Kirchner en nuestra patria.

Sabemos que son muy poderosos. Sabemos que tienen mucho para perder. Sabemos que harán lo imposible para defender sus intereses. Si en el pasado desaparecieron, mataron, robaron, mintieron, enajenaron el patrimonio nacional, ¿qué nos puede asombrar de lo que sean capaces ahora para terminar con este proyecto?

Por eso, el mejor homenaje que le podemos brindar a Néstor Kirchner es ganar las plazas y las calles de todas las ciudades y pueblos de nuestra patria. En las plazas donde juegan los pibes, matean nuestras familias y ensayan o actúan nuestros artistas. En las calles que se llenan de gente que sale a pasear, a hacer las compras, a trabajar o a hacer lo que quedó pendiente de la semana. Allí, Néstor tiene que estar desde nosotros, que tenemos el desafío de construir el Néstor colectivo.

No es una tarea que nadie deba acaparar: allí debemos estar las mil flores, unidos y organizados, demostrando que los jóvenes, los trabajadores, las mujeres, los jubilados, los estudiantes y todos aquellos que luchan por más y mejores derechos nos sentimos expresados por este proyecto.

Nos encontraremos desde el compromiso militante y la alegría en cada rincón de nuestra Nación, demostrando que estamos de pie y preparándonos para demostrar, cuando sea necesario, que hay una multitud dispuesta a dejar en claro que no queremos volver al pasado, que no hay poder ni privilegio que nos aparte del desafío de ir por más. Será la mejor manera de reafirmar que somos consecuentes con la enseñanza y el legado de Néstor Kirchner.

* Diputado provincial por el Frente para la Victoria.

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GALASSO:

«EL 54% NO AUTORIZA A HACER LA PLANCHA»

Editorial del historiador Norberto Galasso

en el Centro Cultural Discépolo

para pensar los desafíos del tercer período del kirchnerismo

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▒ El resultado de las últimas elecciones coloca al movimiento nacional y popular liderado por Cristina Fernández de Kirchner en una posición altamente favorable, con mayoría legislativa y una oposición debilitada y dispersa con escasa presencia en el escenario político. En principio, ello abre amplias posibilidades para profundizar las transformaciones que se vienen concretando en los últimos años. Pero,  para ello, resulta imprescindible que en el movimiento nacional no se produzcan divisiones ni agrietamientos   sino que se avance en la consolidación y fortalecimiento del mismo, desde abajo, mejorando la organización y la capacidad de movilización.

El  triunfo alcanzado sobre los partidos políticos opositores  no significa  olvidar que los principales adversarios del progreso económico y social de un modelo popular , siguen manteniendo fuerza: las grandes corporaciones mediáticas, la Mesa de Enlace Agropecuario y  los  grandes consorcios financieros e industriales  estrechamente ligados a empresas multinacionales con el apoyo de los grandes potencias hoy en grave crisis económica. Están todavía allí -en algunos casos, totalmente indemnes- manteniendo su bandera del neoliberalismo bajo la cual nos oprimieron durante más de un cuarto de siglo.

Profundizar el modelo implica entonces avanzar en todas aquellas medidas que puedan debilitar a  esas fuerzas reaccionarias que siempre esperarán alguna oportunidad  para intentar  retornarnos al pasado. Asimismo, profundizar el modelo significa tener nosotros cada vez mayor fuerza llevando adelante las transformaciones que aseguren no sólo el mantenimiento y aún más, el crecimiento cuantitativo de nuestras fuerzas, sino también mejorar la articulación del campo nacional, dotarlo de cuadros medios audaces y aguerridos ideológicamente, dar en plenitud la batalla cultural liquidando los mitos y  falacias de la vieja superestructura ideológica semicolonial y asimismo, ahondar  la cohesión y la capacidad de movilización popular.

El 54% del triunfo electoral es muy importante, pero no autoriza a hacer ‘la plancha’, ni a otorgar, como dijera alguien, ni un ‘cachito así’ de complacencia  a un enemigo que nos robó, a lo largo de nuestra historia, no sólo recursos naturales, alegrías y esperanzas, sino miles de compatriotas.

Por esta razón, preocupa la más mínima disidencia en el campo nacional y en cuanto aparezca es preciso saldarla, cerrar y cicatrizar las heridas. Son épocas que exigen  gran generosidad   personal,  aventar todo obcecamiento, realizar  profundas autocríticas, para no  dejar un flanco abierto a la reacción. Si hemos avanzado hasta aquí, más allá de las contradicciones y de los momentáneos retrocesos, es porque hemos sabido delimitar claramente cuáles son  las diferencias frontales con los representantes del pasado y de la entrega  y cuáles las diferencias laterales con el aliado, siempre inevitables estas últimas por tratarse de grandes movimientos nacionales policlasistas donde los diversos sectores vienen de distintas experiencias, con metodologías diferentes,  con  perspectivas de clase diversas.

Resulta importantísimo, por supuesto, que el movimiento nacional cuente con una fuerza juvenil que  se vigorice y amplíe, aportando audacia y renovación. Esa explosión juvenil- que se hizo visible en los festejos del Bicentenario y especialmente, en el velatorio de Néstor- ofrece extraordinarias posibilidades, especialmente en un país que una década atrás veía a los muchachos y muchachos haciendo fila en algunas embajadas porque creían que la Argentina ya no les aseguraba, a sus vidas, ningún   futuro.   Pero también es cierto que resulta fundamental para el movimiento una central obrera capaz de cubrir diez cuadras con sus afiliados para sostener toda medida transformadora que intente ser resistida por los sectores del privilegio.

En un país como el nuestro, donde hemos sufrido la represión genocida y la entrega económica, los sectores populares siempre han sabido comprender a sus líderes cuando circunstancias externas  inmanejables obligaron a desplazamientos,  giros o cambios en su política,  en un sentido u otro, coyunturalmente, manteniendo inalterable el objetivo estratégico. Lo que aún después de tantas experiencias continúa sin aprender la ultraizquierda-y por eso sigue siendo minúscula- lo han sabido  asimilar las mayorías populares . Estas últimas, sin hablar de “correlación de fuerzas” y “del enemigo principal”, lo han aplicado en la política concreta, mientras aquellas, ensoberbecidas por ‘la fraseología revolucionaria’, han resultado – muchas veces- funcionales a  la contrarrevolución. De manera  tal que así como las últimas elecciones  han dado un voto de confianza al  gobierno, éste deberá estar seguro que las bases lo acompañarán en momentos difíciles, no por mero disciplinamiento, no porque se recurra a dirigentes dóciles, sino porque especialmente en el campo obrero, están los antecedentes de lucha  que aguantan cualquier archivo. No  debe olvidarse que fueron los trabajadores y las Madres de Plaza de Mayo las barricadas de resistencia ante los gobiernos reaccionarios-tanto dictatoriales como seudodemocráticos- mientras gran parte de los elencos políticos transaban a cambio de intendencias, embajadas u otros cargos.

Pudiera ser quizás, como sostienen algunos compañeros, que la crisis económica mundial  golpee duramente sobre países como el nuestro. Si así fuera, el peso de la crisis no puede caer sobre los trabajadores, según lo ha expresado la propia Presidenta al sostener que ella no es neutral en el conflicto entre el capital y el  trabajo.  Y ante esa posibilidad de  afrontar momentos difíciles es precisamente cuando se requiere que los diversos componentes del movimiento  nacional, expresión fiel de sus bases, confluyan en una sola fuerza sin cortocircuitos ni rispideces, ni equívocos o malas interpretaciones.

 La teoría enseña que la conducción para los grandes cambios debe ser revolucionaria y apoyarse en un partido revolucionario, ideológicamente armado, con férrea organización para dar la pelea. Pero resultaría demasiado  fácil reiterar esa vieja enseñanza teórica sin tener en cuenta la realidad política por la cual transitamos, como acostumbran algunos para estar en paz con su conciencia y no recibir impugnaciones por supuestas  izquierdas. Pero a riesgo de que los vanguardistas  puros nos impugnen proponiendo soluciones que ellos no tienen posibilidad alguna de poner en práctica, preferimos sostener humildemente que  hoy y aquí, es fundamental no debilitar el frente nacional tal como ha surgido en los últimos años, protagonista de transformaciones muy importantes, algunas hasta inesperadas, más allá de improvisaciones, contradicciones y hasta errores, que los hubo, sin duda, como en el conflicto de la Resolución 125.

Los dirigentes que deban tomar decisiones al respecto sabrán priorizar esta cuestión – cohesión, organización, movilización- y  lo harán seguramente  sin anteponer cuestiones personales, ni soberbia, ni contumacia, que pongan en peligro  todo lo que se ha avanzado. Esto, por supuesto, no implica abandonar el espíritu crítico, pero siempre teniendo presente que una cuestión es disentir parcialmente  con el aliado, con el cual se supone que existe un objetivo común, que lanzarle toda la artillería ideológica como si se tratase del enemigo, haciendo el juego al verdadero enemigo cuyo objetivo estratégico es el reverso del nuestro.

La solicitada de  Plataforma  2012 – aparecida sugestivamente en “La Nación” junto a la foto de una intelectual conversa- resulta un buen ejemplo de revolucionarismo abstracto que opera muy peligrosamente en la política concreta, así como  la retractación de varios de los firmantes de esa solicitada  demuestra que hay quienes saben recoger las enseñanzas de nuestra experiencia política. De aquí la importancia de la batalla por las ideas, de ahí también la importancia de los archivos para que no resulte que un buen proyecto quede en manos de un  oportunista que lo desprestigie. Desde este modesto espacio insistimos en que es necesario  mantener el cable a tierra con la coyuntura  junto a los trabajadores sin abandonar el proyecto estratégico que apunta a la gran transformación de América Latina en la liberación y la unidad que postularon San Martín,  Bolívar y tantos otros que nos siguen marcando el rumbo.

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Hubo un acto en Lobos, la ciudad donde nació Perón

Visita a la casa del histórico líder

 

Gabriel Mariotto y Juan Manuel Abal Medina encabezaron la celebración en la que compararon la figura de Juan Domingo Perón con la del ex presidente Néstor Kirchner.

El candidato a vicegobernador de la provincia de Buenos Aires y titular de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA), Gabriel Mariotto y el secretario de Comunicación Pública, Juan Manuel Abal Medina, festejaron el día de la Lealtad en la casa natal del general Juan Domingo Perón en Lobos.

En ese marco Mariotto evocó la figura de Perón y comparó al histórico líder del justicialismo con el ex presidente Kirchner a quien calificó como “el Perón de nuestro tiempo”. “Un coronel que estaba preso, que desde la Secretaría de Trabajo y Previsión había advertido que se podía comenzar a construir una trama política que le diera al país la base para la transformación. Lo hizo de manera muy simple, empezó a pagar horas extras, dio el aguinaldo como una herramienta de equidad, y se dio cuenta de que los pueblos que trabajaban tenían que tener vacaciones pagas. Algo tan simple como eso que en esa década parecía imposible de acceder”, señaló y agregó emocionado:  “Algo parecido a lo que sucedió luego de la frustración de los ’80 y la traición de los ’90. Por eso, el surgimiento de Perón el 17 de Octubre y el surgimiento de Néstor ese 25 de mayo de 2003 son espejos de la historia. Néstor es el Perón de este tiempo, por eso lo amamos como a Perón y amamos tanto a Cristina como la amamos a Evita.”

Además del recuerdo de los líderes del campo nacional y popular, la jornada contó con un profundo homenaje al poeta Alfredo Carlino y al automovilista Froilán González, amigos personales de Perón y Evita.

Carlino recordó cómo vivió aquel día histórico en el que miles de trabajadores invadieron la Plaza de Mayo para pedir la liberación del primer hombre que reivindicaba con hechos sus derechos. “Para mí, que fui hacedor del 17 de octubre del ’45, cuando el peronismo todavía no existía y aún éramos nacionalistas, iba sin saber que iba a pasar. Ni siquiera la CGT de aquel tiempo había declarado la huelga general, sin embargo, cuando vimos esa multitud de más de un millón de personas, que desbordaba la Plaza, fue una cosa maravillosa”, recordó y agregó: “Pero lo más maravilloso es que han pasado más de 60 años y la juventud retoma toda esa bandera con la conducción de la maravillosa Cristina.”

Fuente: Tiempo Argentino, 18.10.11

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Una historia de lucha, tropiezos y esperanza

Por Alicia Kirchner *

La misión que nos debemos hoy no puede ser menor que la de seguir construyendo colectivamente todos los espacios para generar
más oportunidades para las mujeres, tanto en el ámbito social como en el político.

El 23 de septiembre de 1947, Evita anunciaba la promulgación de la Ley 13.010, que consagraba el voto femenino en la Argentina:
“Aquí está, hermanas mías, resumida en la letra apretada de pocos artículos, una larga historia de lucha, tropiezos y esperanzas (…) Mujeres de mi Patria, recibo en este instante, de manos del gobierno de la Nación, la ley que consagra nuestros derechos cívicos. Y la recibo ante nosotras, con la certeza de que lo hago en nombre y representación de todas las mujeres argentinas.”

Con estas palabras, Eva Perón, quien hizo del amor por su pueblo una razón de vida, anunciaba, por primera vez, que adquiríamos el derecho a expresarnos en las urnas. La misión que nos debemos hoy no puede ser menor que la de seguir construyendo colectivamente todos los espacios para generar más oportunidades para las mujeres, tanto en el ámbito social como en el ámbito político. En la  Argentina, la historia nos regaló protagonistas admirables, como Evita, Alicia Moreau de Justo, las Madres y las Abuelas de Plaza de Mayo, Juana Azurduy, y nuestra incansable presidenta Cristina. Una mujer con constancia, coherencia y convicción, que sabe cuándo decir que sí, y también cuándo decir que no. Una mujer que genera y convoca a la participación de todas las mujeres, en todos los espacios, y que posee la fortaleza y las condiciones para seguir profundizando este modelo y para darle al país el lugar que merece tener.

La militancia y la responsabilidad política de gestión son fundamentales para consolidar definitivamente el rumbo de esta gran Argentina. Un camino que  Néstor nos llamó a transitar. Es esa fuerza permanente de construcción que él nos dejó la que nos hace colectivos, la que deja de lado el individualismo y la que nos suma a cada uno y a cada una para ser miles, y para seguir levantando las banderas de inclusión e igualdad.

El trabajo y el compromiso que nos definen día a día no está determinado por las lógicas de un razonamiento matemático o de una receta neoliberal. Nos impulsa, como decía Eva, ese sentimiento de indignación frente a las injusticias. Injusticias que nunca vamos a tomar como naturales y que siempre vamos a luchar por modificar.

Hoy, no nos imaginamos un país en donde no podamos votar, en donde no podamos elegir a quienes nos representan. Pero esa realidad no era así en tiempos históricos no lejanos. Como no son lejanos los tiempos más oscuros, ni las crisis más arrolladoras. Hoy, no nos imaginamos un país sin protección social, sin trabajo, sin garantías constitucionales, sin justicia, sin democracia, sin políticas públicas inclusivas, sin un proyecto de gestión que reivindique derechos.

Y ese también es nuestro desafío, y a eso nos convoca esta nueva historia de esperanzas. A seguir abriendo caminos de igualdad, a seguir colocando todos los días un ladrillo más para elevar la calidad de vida de nuestro pueblo, a acompañar a Cristina en la conducción de este hermoso país, a no prestar atención a quienes intentan denostarnos, y sólo se rinden a la verdad cuando les es imposible inventar más mentiras. En definitiva, a seguir transformando la realidad con hechos y no con promesas. Nunca un paso atrás. Siempre cinco o diez hacia adelante.

* Ministra de Desarrollo Social

Fuente: Tiempo Argentino, 23.09.11

 

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“Me gustaría ser la Presidenta de la unidad”

CRISTINA KIRCHNER Y AMADO BOUDOU

CERRARON LA CAMPAÑA DEL FRENTE PARA LA VICTORIA

EN EL TEATRO COLISEO

Ante gran parte de los gobernadores kirchneristas y radicales K, la Presidenta reivindicó las políticas de inclusión, se emocionó al recordar a su esposo, Néstor Kirchner, y remarcó: “Cuenten conmigo para lo que resta hacer en la Argentina”, pidió.

Por Nicolás Lantos

“Me gustaría poder ser la Presidenta de la unidad de todos los argentinos”, manifestó Cristina Fernández ante la multitud que colmó el Teatro Coliseo, en la ciudad de Buenos Aires, donde decidió llevar a cabo su acto de cierre de la campaña previa a las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias. Allí dio un discurso firme y seguro, y aunque advirtió que “los votos se cuentan de a uno el domingo, en las urnas, y después de las seis de la tarde”, habló con la tranquilidad de quien se sabe en ventaja y con la mirada puesta en lo que será, eventualmente, su segundo período, al que imagina –o desea– menos turbulento que el que está transitando ahora sus últimos meses. “Pido a los argentinos que depongamos no nuestras ideas y convicciones, sino el mensaje de odio –apeló a la oposición–. La gente necesita que sus dirigentes les lleven alegría y coraje.”

En el mismo sentido, de hacer énfasis en los cuatro años por venir y no en el turno que está terminando, habló su compañero de fórmula, el ministro de Economía, Amado Boudou, quien luego de hacer un repaso por los logros que son bandera de los ocho años del kirchnerismo y destacar que “los sueños del 2003 son las realidades del 2011”, llamó a “buscar el voto por todo lo que falta, por más industrialización, más calidad educativa, más trabajo”. A su turno, la Presidenta retomó el tema: “Podría hablarles de miles de medidas hechas, pero lo importante es lo que está por venir”, prometió, para rematar con un compromiso: “Cuenten conmigo para lo que resta hacer en la Argentina”, pidió.

Vengan todos

La aplaudían, desde las gradas montadas sobre el escenario, los gobernadores aliados a la Casa Rosada, desde el bonaerense Daniel Scioli hasta el salteño Juan Manuel Urtubey –dos que buscan posicionarse en la larga carrera al 2015–, pasando por el sanjuanino José Luis Gioja, el tucumano José Alperovich, el chaqueño Jorge Capitanich, el entrerriano Sergio Urribarri, el mendocino Celso Jaque y los radicales K Maurice Closs (Misiones) y Miguel Saiz (Río Negro). También estaba el gabinete nacional en pleno, algunos candidatos escogidos de las boletas oficialistas y las principales espadas kirchneristas en el Congreso: Miguel Angel Pichetto y Agustín Rossi.

En la platea, las primeras filas fueron para la cúpula de la CGT (Hugo Moyano tenía una butaca de privilegio), dirigentes de La Cámpora (se podía ver a Eduardo “Wado” De Pedro, José Ottavis y Mariano Recalde, entre otros), diputados como el Canca Dante Gullo y Jorge Landau, además de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo. También estaba la presidenta del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont, que fue mencionada en su discurso por CFK y recibió un cálido aplauso de la concurrencia. Más atrás alternaban otros legisladores y dirigentes con personalidades de la cultura; el primer pullman estuvo reservado a las agrupaciones de pedigree kirchnerista: La Cámpora y Kolina; más arriba colgaban las banderas de otros espacios, como el Movimiento Evita, el Frente Transversal y el Partido Comunista Congreso Extraordinario, entre otros.

Siempre positivo 

El discurso de Amado Boudou, un hombre formado en la técnica y relativamente nuevo en las lides políticas, cumplió su cometido. La crisis económica mundial es un telón sobre el que el ministro, cuya principal medalla a la hora de ser elegido para completar la fórmula presidencial fue su iniciativa de recuperar los fondos de jubilaciones para que fungieran como colchón anticíclico ante los vaivenes de las finanzas internacionales, se siente cómodo. Así, Boudou comenzó jactándose de que “en este momento difícil para el mundo los argentinos podemos estar parados de otra manera”.

Frente a la crisis económica, prometió el candidato, “esta Argentina no necesita ni plan austral, ni plan primavera, ni convertibilidad, ni corralito, ni corralón”, sino “seguir por el camino de Néstor y Cristina”, al que caracterizó como “una autopista donde entran todos, el campo, los empresarios, los trabajadores y los estudiantes”. Y aunque sostuvo que el gobierno nacional tiene “con qué ir a pedirles el voto a los ciudadanos”, tras hacer un repaso por todos los logros del kirchnerismo terminó pidiendo el voto “por todo lo que falta por hacer”.

Boudou resumió los principales avances obtenidos por el kirchnerismo con la imagen de una mesa familiar: “De un lado los abuelos, que recuperaron su jubilación; del otro los hijos, que reciben la Asignación Universal. Pero en el medio, lo más importante, la mamá y el papá que tienen trabajo”. Y antes de cederle la palabra a la Presidenta, realizó una promesa: “Quiero tomar un compromiso: a partir del 11 de diciembre el vicepresidente de la República Argentina siempre va a votar en positivo”.

La compañera

La locutora la presentó, simplemente, como “la compañera Cristina”. Y el Coliseo estalló mientras muchísimos papelitos volaban desde cañones ubicados estratégicamente a ambos lados del escenario y en los palcos, bañando el auditorio de celeste y blanco. Comenzó su discurso recordando a Néstor Kirchner, que en el mismo teatro había lanzado, en abril del 2003, su plataforma para las elecciones que lo consagraron. A partir de allí, evitando cualquier estilo confrontativo, tendió una mano a la oposición, a la que le pidió que “apoyen lo que está bien y ayuden a corregir los errores” que pueda haber.

“No tenemos que enojarnos con los que aún no entienden”, pidió, con la tranquilidad de quien sabe que los números la respaldan. Sin embargo, pronto quiso diferenciarse de las otras propuestas que se presentan a comicios: “Acá hay algo más que política e ideas: acá hay valores. Este proyecto tiene valores. Valores que no cotizan en Bolsa”, sostuvo, haciendo estallar al auditorio. A esos valores los resumió en una palabra: igualdad.

“Es una demanda que recorre el mundo –sostuvo, mentando a Chile, Londres, Madrid y el Magreb–. No están pidiendo que les solucionen la vida, sino que les dejen tener una utopía. No se puede vivir una vida a plazo fijo.” Y tras volver a recordar a su marido hasta el punto de aguantar lágrimas (“El, acá, hace ocho años, soñaba la Argentina que tenemos hoy”, arriesgó), volvió a interpelar a la oposición: “¿Por qué no apoyar lo que está bien y ayudar a corregir los errores? –se preguntó–. No queremos aplausos ni agradecimientos, simplemente colaboración. Depongamos no nuestras ideas y convicciones, sino el mensaje de odio. La gente necesita que sus dirigentes le lleven alegría y coraje, con un mensaje y una conducta que genere paz en tiempos de tanta turbulencia”. Y el Coliseo volvió a estallar.

Fuente: Página 12, 11.08.11 – Imagen: Leandro Teysseire

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Miles de personas se movilizaron por Memoria, Verdad y Justicia

Las Madres y las Abuelas

invitaron a los jóvenes a hacerse cargo del futuro

Carlotto se puso su pañuelo blanco para marchar:

 “Esto te llena de fuerza. Es la fuerza que tenían nuestros hijos.

Yo estoy acá en nombre de Laura.”

La juventud desbordó Plaza de Mayo.

Por Gimena Fuertes

 

La marcha que ayer reunió a más de 100 mil personas en la Plaza de Mayo y sus alrededores fue distinta a todas las anteriores, y no sólo por ser la más masiva de la historia hasta el momento. Ayer fue el primer 24 de marzo en que desde los carteles y los discursos de las Abuelas y las Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora se incluyó a los ideólogos civiles. También fue el primer 24 de marzo sin el ex presidente Néstor Kirchner. Pero, por sobre todas las cosas, fue la marcha en que los jóvenes tomaron masivamente la calle y las Madres y Abuelas los invitaron a “animarse y empezar a hacerse cargo de la historia y del futuro”.

Desde las 6 de la tarde, las columnas de decenas de organizaciones políticas, sindicales, estudiantiles, culturales y de Derechos Humanos coparon el centro porteño y empezaron a marchar. Las Abuelas y las Madres Línea Fundadora y los H.I.J.O.S. encabezaron la columna principal con el tradicional paño con las fotos de los militantes desaparecidos. Sin embargo, debido a la cantidad de gente, muchas de ellas ya mayores, fueron directo a la carpa dispuesta detrás del escenario.

Juan Cabandié marchaba en la columna de La Cámpora: “Pedimos a la justicia celeridad en los juicios. Hoy hay más conciencia política, más participación de los jóvenes, lo que hace que el camino emprendido sea irreversible gracias a Néstor.” Florencia Kirchner saltaba y cantaba entre los primeros de la fila. También era importante la columna de Colina, la agrupación que lidera Alicia Kirchner, que se ubicó sobre Hipólito Yrigoyen. Cerca de allí estaba el diputado Juan Carlos Dante Gullo, quien destacó “la presencia masiva de la juventud, que no sólo hace un buen análisis del pasado sino del presente y del futuro.”

Una de las columnas más nutridas fue la del Partido Nuevo Encuentro, que encabezó el diputado Martín Sabbatella. También convocaron la JP Evita, la Juventud Sindical y la agrupación Putos Peronistas. Al tradicional cantito “el que no salta es militar”, lo transformaron en “tomala vos, damela a mí, el que no salta es de Clarín.”

Caminaba entre la gente el ministro de Trabajo y precandidato a jefe de gobierno de la ciudad, Carlos Tomada. “Este es el primer año sin Néstor”, dijo a Tiempo Argentino. “Que los jóvenes tomen en sus manos esta lucha es garantía de democracia”, se alegró.  También marcharon los artistas de Teatro por la identidad, y los chicos de H.I.J.O.S. encabezaron su columna con una performance de baile y tambores del grupo de percusión La Chilinga.

El nieto recuperado Horacio Pietragalla esperaba el discurso de las Abuelas. “Lo diferente de este 24 de marzo es que hay más gente que nunca, y eso tiene que ver con que Néstor ha puesto a los Derechos Humanos en la agenda política, y ahora él no está.”

Estela de Carlotto se puso su pañuelo blanco para marchar. “Esto te llena de fuerza. Es la fuerza que tenían nuestros hijos. Yo estoy acá en nombre de Laura”, sintetizó antes de subir al escenario. Cerca de ella estaba su hijo y diputado Remo Carlotto, quien opinó que “la participación de la juventud era el sueño de Néstor, que permitió que la consolidación de la memoria sea una política de Estado permanente.”

El subsecretario de Derechos Humanos, Luis Alén, consideró que “este 24 se da en un momento en que se está consolidando la memoria, la verdad y la justicia, y marca un punto en que es necesario llevar ante los jueces a los partícipes civiles de la dictadura, que fueron tan culpables como Videla”.

El embajador en Chile, Ginés González García, voló al país especialmente para participar de la marcha. “La juventud que hoy está acá defiende los valores que los de mi generación teníamos, que sólo quedarán entre nosotros, y ahora estos pibes están demostrando que los sienten como propios.”

Jorge “Quito” Aragón, representante de la Corriente Martín Fierro, expresó: “Lo diferente desde 2003 a esta parte es que cada 24 ya no contamos el dolor que sentíamos, ahora contamos que a los genocidas los metimos presos.” Por su parte, Taty Almeida, de Madres Línea Fundadora, dijo antes de subir al escenario: “Hoy la juventud asiste con conciencia. Encontramos en nuestro presidente Néstor a un hijo. Él también está acá, entre toda esta gente.” 

Fuente: Tiempo Argentino, 25.03.11

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